La protección de la biodiversidad debería estar por encima de otras acciones políticas. Las acciones humanas suelen poder desarrollarse de diferentes maneras, sin embargo si se pierde biodiversidad no tenemos solución. Lo más barato y aparetemente lo más sencillo suele ser lo más caro en cuanto a que se pierde irreversiblemente la biodiversidad. Esto no se ve cuando las decisiones de protección se toman en despachos alejados del campo y del territorio como sucede con la mayoria de las decisiones políticas, desde la burbuja de cristal de un despacho.