El plan debe favorecer esos equilibrios, pero no de una manera equidistante, porque el mal llamado desarrollo se lleva por delante a la naturaleza de una manera general. Entiendo que la protección de la biodiversidad debe estar por encima del desarrollo tal y como generalmente se usa. Además el bienestar de los seres vivos debe tenerse en cuenta y no solo el bienestar del ser humano. Nosotros ya ocupamos muchos espacios, ciudades, zonas antropizadas en las que no negociamos nada con la naturaleza. Entiendo que debe haber otros espacios en los que el mal llamado desarrollo debe quedar en segundo orden.